Una historia banal
Qué buen domingo,
sabías, no me he bañado,
almuerzo unos spaghettis al óleo,
no espero visitas afortunadamente,
la ciudad se inundó y he tenido suerte,
la lluvia no tocó mi puerta,
el día sigue flojo, invicto,
para qué traspasar el umbral,
no hay nada afuera que el dìa
no te entregue en el interior
de las palabras
No he visto el satélite deslumbrar
con sus fuegos artificiales,
cero noticias, cero terror,
un mundo deforme
pasa afuera de la ventana
y me muestra sus engañosas
costras enrojecidas por un sol
tenaz,
rascacielos vacíos frente al mar,
la ciudad colapsa irremediablemente,
respiramos dentro de ella,
el cemento la expande
y devora a un mismo tiempo
la luz del peatón,
alguien tala el bosque
y cae una página en blanco.
Detrás de la
persiana,
no escapará la intimidad,
ni las horas muertas volverán
¿Lo público y privado
es el último canto del cisne
de la modernidad?
¿A mí me lo preguntas?
Mi domingo es
sagrado,
he pensado en ti
y pareciera que las
aguas bajaron
a un mismo nivel con
igual intensidad
No más profesías,
soy un convidado de piedra,
la ciudad mira hacia el mar,
todo horizonte es deseado y lejano.
Rolando Gabrielli©2013
Rolando Gabrielli©2013
1 comentario:
Excelente!!!! " Una historia banal" y subjetiva, el mundo pasa dentro, afuera mejor ni asomarse,
Me encantò!!!
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