Caravanas de la vida y de la muerte,
a uno y otro lado de un mundo
que se auto flagela bajo un mismo sol
oscuro, oscuro,
como en los mejores tiempos
de la barbarie,
la bestia feroz sin memoria
coge su presa ciega
y alimenta sus podridos sueños.
Ciudades o desiertos,
la muerte es un ensayo,
no un error,
sino un horror,
habla con su vozarrón de rata,
sin palabras,
sin otra voz que su voz
de alcantarilla putrefacta.
¿Quién le gana a la muerte muriéndose
de miedo sin salvación?
El tiempo, ociosamente avanza
en su horario acostumbrado,
acumula más tiempo
alrededor de sombras y cadáveres.
La muerte es una hija de perra
y no ganamos nada con insultarla.
Se abren y se cierran puertas,
edades nuevas y desconocidas,
sin años,
son fechas innombrables
Somos habitantes,
sin palabras, ni reino,
establecidos
en nuestros frágiles cuerpos,
aventurados los unos sobre los otros.
Oh establecimiento,
alguien sigue esclavo tus pasos,
hacia donde les llevas resuenan
sus huesos limpios desnudos regresan
al cuerpo intacto al alba.
Rolando Gabrielli©2014
no un error,
sino un horror,
habla con su vozarrón de rata,
sin palabras,
sin otra voz que su voz
de alcantarilla putrefacta.
¿Quién le gana a la muerte muriéndose
de miedo sin salvación?
El tiempo, ociosamente avanza
en su horario acostumbrado,
acumula más tiempo
alrededor de sombras y cadáveres.
La muerte es una hija de perra
y no ganamos nada con insultarla.
Se abren y se cierran puertas,
edades nuevas y desconocidas,
sin años,
son fechas innombrables
Somos habitantes,
sin palabras, ni reino,
establecidos
en nuestros frágiles cuerpos,
aventurados los unos sobre los otros.
Oh establecimiento,
alguien sigue esclavo tus pasos,
hacia donde les llevas resuenan
sus huesos limpios desnudos regresan
al cuerpo intacto al alba.
Rolando Gabrielli©2014
1 comentario:
Adelante... que triunfe la poesìa sobre la barbarie!
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