Georg Trakl nos enseñó a vivir
con los fantasmas de la poesía,
ver el aire
opaco de la realidad,
el oro
dorado en una estación de Otoño,
el color de las
cosas.
En otro lugar,
advertir un muro ,
el camino que no
nos detendrá.
Por alguna razón,
la mano no siempre
es la misma,
abres una puerta
y se cierran cien.
El poema no
siempre
será el que uno creyó escribir.
Rolando Gabrielli©2014
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