Perros de una misma perrera,
así dejan la muerte tirada,
sin dueño creen los asesinos,
que la vida no seguirá cantando.
No se muere de voz,
ni de palabra,
perros de una misma perrera,
jauría de dientes dorados,
no se muere de voz,
ni de palabra.
La presa les canta.
Rolando Gabrielli©2016
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