Febrero en el aire,
con los pies en la tierra,
cruzando puentes y abriendo puertas,
el cielo no caerá a nuestros pasos,
ni vendrán ángeles en primavera,
con espadas y alfileres.
Días santones en nubes desconocidas,
las hojas de algún otoño,
volverán irremediablemente.
En el ardiente verano,
mi memoria no tendrá muros
y por donde vas y vienes,
tal vez las estrellas sean infinitas,
asemejan una página en blanco,
una historia que alguien escribirá,
algún dìa por nosotros.
Rolando Gabrielli©2017
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