A un lado del sueño, un rostro no buscado,
a la medida de la máscara que lo posee
la noche crece y lo
devuelve
a caminos desconocidos.
A esa imagen amada y
dormida
he apostado el insomnio de mis días,
al caer un fruto sobre el techo de cinc
de mi casa e imaginar donde
germinará
mañana la semilla no sembrada.
Es hermoso saber que duermes
y que yo velo el sueño
de tu rostro no buscado.
Rolando Gabrielli©2017
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