miércoles, diciembre 13, 2017

Oración dominical

El domingo reza,
es un monje solitario.
He   visitado las calles desoladas,
 estacionamientos vacíos,
este diciembre festivo
que respira sobre los hombros
de la ciudad,
anunciada por el verano.
Hay paz y un silencio
de horas muertas,
hojas que van y vienen
en el equilibrio natural.
Soy un domingo viudo,
divorciado de la memoria
y del olvido.
Fuimos pasajeros,
en algún sentido
y en dirección contraria
a los dioses que nos prometieron
algo más que el paraíso perdido.
El domingo,
es mi paisaje a la infancia,
mi madre me espera,
en su atardecer.
Rolando Gabrielli©2017


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