Estoy rodeado de mesones,
largos, blancos,
no es un hospital,
ni una carnicerìa,
menos un laboratorio.
La sociedad està enferma,
corrupta, la carne
cuelga en ganchos
y alguna bestia
es sacrificada
por nosotros.
El blanco es pureza,
irradia paz, silencio.
Los mesones están
bañados por una luz artificial
y las computadoras
que están sobre sus cubiertas,
programadas de antemano,
se suman al mundo digital
a punto de escribir,
la historia del futuro.
Rolando Gabrielli©2018
1 comentario:
Hermoso poema!!!!!! y con esa sonrrisa!!!! decís cosas muy serias y profundas
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