R. Denver quiso tocar
en la orquesta de Limbo City,
pero nunca tuvo oído,
siempre desafinò.
Tantos años y ni una sola nota,
el sonido de la ruidosa lluvia,
sobre el mar y la espesa selva,
un horizonte en clave, por descifrar,
que nunca entendió.
El astro ciego de la noche
escuchaba sus notas y pobre voz,
en vano le intentaba iluminar,
no distinguía un la de un sol.
Rolando Gabrielli©2019
1 comentario:
Hermosos poemas!!!! y sí......cuántos somos los que desafinamos y no pegamos en la nota!!!.........y si eso fuera una virtud? , después de todo tan mal no nos ha ido, aún estamos "cantando al Sol..."
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