jueves, enero 23, 2020

Dos poetas atraviesan la noche chilena


Dos poetas atraviesan la noche chilena
frente a un fortificado palacio presidencial,
(el silencio miedoso de la calle
acompaña la oscuridad y no la diluye).
Uno viejo y otro joven,
uno consagrado,
otro sin  libreto, ni agenda,
todo por improvisar en la palabra.
Se desplazan como en una obra teatral,
el mayor lleva la batuta,
laureado, casi solo en la pista,
no le incomoda el lugar,
domina el pulso del discurso y la historia,
gesticula como en el cine mundo,
no tiene rival y no está dispuesto
a ceder el timón.
La noche es más negra,
en tiempos de dictadura,
apuran el paso, pero siempre distendidos,
hay un solo discurso,
(los habitantes de la ciudad
se han recogido bajo sus sombras),
los poetas avanzan,
un monólogo se purifica
en sus propias palabras,
no hay  ningún plan, solo una calle
en línea recta.
La ciudad le pertenece a esa oscuridad
dividida en ángeles y demonios,
los poetas forman parte de la historia,
han salvado el pellejo,
por esta vez,
se desplazan por sus propios medios,
el más viejo permanecerá en el lugar
haciendo historia,
subiendo a la montaña rusa
de la poesía,
el más joven abandonará el sitio,
por precaución se subirá a un avión,
desde las nubes a la distancia,
verá alejarse de sí mismo,
a un largo país,
con un océano inmenso,
unas montañas colosales
 y al sur de su mirada,
desaparecerá.
Rolando Gabrielli©2020

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen día, enigmático poema, primero pensé que eran la misma persona, el poeta adulto mira al joven escurridizo , ambos hacen la historia? la huida y la marca , binomio: ángeles y demonios , interesante.
La poesía no toma vacaciones!!