El falso 2020 me mira un domingo,
sin pena ni gloria,
desde una mesa atiborrada
de artículos desinfectantes,
algunas medicinas de
uso corriente,
a la espera de una mañana incierta
y de otros días màs en curso.
No vendrán visitantes
y menos comensales,
a los tradicionales tallarines al pesto.
La mesa redonda permanecerà
en el estricto orden de estos objetos,
que representan un
tiempo
y sus sucesivos días,
acorralados por
un audaz microbio,
perteneciente a una infecciosa
y contagiosa familia,
de generales
desconocidas.
Rolando Gabrielli©2020
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