Un rey sin corona,
no es un rey,
èste, sin embargo,
invisible,
corona de muerte,
ejerce su extraño
reinado y poderío,
donde estè y vaya.
Un rey verdadero,
digo, debiera amar
a sus súbditos.
Rolando Gabrielli©2020
Periodista, escritor y poeta chileno en Panamá
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