en su foto de taimado/ y me mira/
como si viniera/
de su primera comunión,/
libre de pecado./
Si escribir poesía,/
me digo,/
con su prodigiosa voz/
de albatros herido,/
fuera su pecado y condena,
todos debiéramos acudir/
a su tumba de profeta,/
con flores del bien y del mal,/
en señal de admiración/
por tanta poesía./
Rolando Gabrielli©2020
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