Escribo, escribo,
el capítulo más silencioso
de nuestras vidas.
En una caverna crecí,
bajo la oscuridad y la quietud,
amanecí un día en la prosa
urbana del mundo,
en las proximidades
de una estación del ferrocarril
Luces, aglomeraciones
y todos los vicios
de las ciudades modernas
y un andén solitario
para emprender un camino
Hubo amores y frustraciones,
en la lógica de una vida
sin pretensiones
La historia convierte a
la memoria
en un paisaje cautivo,
un círculo vicioso
y la moneda de dos caras,
lanzada al aire ya sabes,
conoce su destino
Siempre puedes surgir
en un nuevo rostro por descifrar.
El azar convierte en convicción
cualquier sueño a futuro,
entonces, nada nos excluirá
de la felicidad.
Rolando Gabrielli©2020
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