La noche rompe sangrantes soles al amanecer,
no ha quedado nada sin remover en la tierra,
las más mínimas cosas cambian de sentido y lugar,
la luz al día toma su tiempo
y el viaje se oscurece en la noche.
Sobre los escombros se levantará el polvo
y el porvenir traerá señales inesperadas,
ruinosas tal vez,
que todo vuelve a empezar
y lo que no hicimos o no pudimos hacer,
el viejo ciclo de lo que somos, podríamos ser,
está por verse en un difuso horizonte,
más bien incierto, como casi todo
lo que asoma al inicio y nos prometen
los nuevos tiempos.
Rolando Gabrielli 2021
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