El lobo llama a sus ovejas
para que le
rindan cuenta,
no por el
vellón de su lana,
ni sus
sueños pastoriles
en la
montaña, ni amaneceres
en la
paz de praderas y vergeles.
No piensa
en pasto para las ovejas
de buena
voluntad y sus bienaventuranzas,
sino en su
carne para atravesar
un nuevo
invierno y continuar
guiando y protegiendo
a
su propia manada.
Rolando Gabrielli 2021
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