El hombre está distraído,
entretenido aparentemente en su mundo,
pero siempre dispuesto a viajar,
colonizar otros planetas,
probar suerte, buscar aires nuevos,
explotar algún lugar, conquistar,
someter un sitio,
soñar, tal vez solo soñar con días mejores.
Qué tiene eso de sorprendente o de malo,
la Tierra se derrite en sus polos,
sus recursos no son infinitos,
la capa de ozono nos mira
por un gran hueco
como ratas de laboratorio en extinción,
pequeños dinosaurios carnívoros,
depredadores insaciables.
Quizás en el cosmos no se pague
un alquiler muy alto,
no existan aún impuestos,
las carreteras estén más vacías,
se puedan crear bancos que regalen dinero,
no haya necesidad de drogarse,
los cuerpos floten ingrávidos,
sin deudas, sin peso, sin culpa.
¿Estamos especulando, no es cierto, John,
preguntó la mujer mirando las estrellas.
Son tan solo algunas especulaciones,
quizás, insistió,
mientras el hombre distraído
no dejaba de pensar que haría mañana
si no estuviera allí.
Rolando Gabrielli 2021
1 comentario:
Colonizar el cosmos sería arremeter contra la esperanza, hemos destruido la tierra , nos queda la esfera celeste que se mira con cierta ambición. Ya vendían terrenos en la luna, pero lo que gravita allí no sé si da permiso a los caprichos del hombre, lo celeste es la puerta de entrada a la comprensión de lo diminuto de la condición humana. Conservemos el cielo como hacían nuestros antecesores para contemplar su belleza.
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