Álvaro de Campos, es decir, Pessoa
¿La sombra
de un poeta
basta para estos tiempos distópicos?
No lo sé,
salí en la mañana a ver que traía
este nuevo
día, distraído en el ocio
de observar
y ver la ciudad en su asfixia,
como tantos
lugares en el mundo,
filas de
automóviles haciendo lo mismo
todos los
días, uno tras otro queriendo avanzar,
parece
tonto perder el tiempo así,
pero la
vida se desplaza de esta manera
en estos
tiempos distópicos,
donde todo
es igual porque nada
es lo mismo
aunque efectivamente
sea semejante
asimismo.
Unas
cuantas palmeras, árboles
en el
camino que no han podido derribar,
el hombre pareciera
negarse a vivir,
respirar,
pertenecer a la tierra
como el
custodio y protector
de
semejante patrimonio natural.
Miro al
cielo, solo nubes, va a llover,
se
limpiarán las calles e inundarán
las
avenidas, los ríos tal vez se desborden,
miro otra vez hacia
el cielo| borroso,
no
descenderá un ángel,
lo más
probable es que algún cohete
espacial
esté cursando ahora el cosmos,
dicen que
una nave
atravesó la
corona del sol,
la estrella
mágica que hace posible
nuestra
vida en la tierra.
El hombre
quiere volar,
el hombre
quiere habitar otros planetas,
el hombre
sueña con dejar la tierra,
el hombre
no sabe que hacer con el hombre,
el hombre
se suicida un poco cada día.
Voy a
seguir observando la ciudad,
me
aproximaré al mar antes que el hombre
sea
devorado por la inmensidad
de sus
aguas y no haya construido
un Arca de
Noé a tiempo.
Rolando Gabrielli 2021
4 comentarios:
"El Dìa en el cuàl hablò el hombre de blanco "
Que foto maravillosa, con esa sombra sobre la pantalla, el traje blanco. Una estética con buena energía. Me alegro que ese momento perdure en positivo.
Una tirada de dados jamás abolirá el azar...
Hombre D blanco va el poeta...
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