Un cordial
saludo,
amigos lectores,
las
palabras
no dan para
más,
diría
Enrique Lihn,
pero siguió
escribiendo
hasta su
muerte.
Rimbaud, en
cambio,
no dijo
nada,
cuando colgó
en su juventud
los guantes
de la poesía
y después
tampoco dijo nada,
es que
nunca más dijo nada.
El silencio
había escuchado
la belleza de sus videncias.
Rolando Gabrielli 2021
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