El río sigue su curso,
es una manera de decir,
me dices,
sin reiterar más que lo afirmado,
todo está por caminar
después de todo.
Es espléndido adjetivar un poema,
sin temor a ser reprimido
por los estudiosos de la temperatura,
la fuerza del verbo sobre la palabra,
el verso en su conjunto influenciado
por un adjetivo insuperable.
La gramática es inútilmente bella
para mí cuando no tropiezo
con alguna impureza sustantiva,
algo que se sostiene por estar
al margen del poema
y se mantiene como un viejo trapecista,
sin red, solo por oficio,
cumplimiento del deber
con el público lector,
que es quien debiera indagar
en cada palabra, intención,
suponer lo que no se dijo
y pudo ser la intangible palabra
o el verbo más valioso,
que no siempre encontramos.
Rolando Gabrielli 2021
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