Una docena de palabras,
digamos un centenar o mil,
con todas sus letras y fuerza verbal,
acentuado el lenguaje donde debe ser,
unidas como un eslabón perfecto,
escogidas y puestas, combinadas
de una manera nueva y exacta,
como un collar de piedras desconocidas,
con propiedades únicas, sanadoras,
verbo demoledor, ambiguo, revelador,
palabras dictadas, revisadas, aprobadas
por una musa caprichosa, arbitraria,
volátil, deliciosamente silenciosa,
siempre generosa en la palabra
y en el
afortunado azar que todo lo pone
a su manera en un lugar que podría ser
el más perfecto quizás,
nunca será suficiente
amigo lector,
estas palabras no buscan
cambiar nada, sino advertirte
que debieras comenzar a buscar
las tuyas y escuchar sus nuevos cantos,
interpretar sus verdaderos significados
y aromas.
Rolando Gabrielli 2022
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