domingo, mayo 01, 2022

Una historia inglesa

La tecnología pareciera ser una estrella inagotable del éxito de la humanidad y su principal habitante, el hombre. Una esperanza inagotable por los beneficios que produce y arrojará. Si debiéramos identificar la varita mágica de todas las virtudes, es esta herramienta, que algunos  creen que es una nueva religión  que lo curará todo. La medicina del siglo XXI y del futuro humano. Al menos, diría alguien no tan optimista, de lo que queda. No es el tema, así que no nos excedamos y digámoselo al escritor. Continuemos, hablemos de este Mantra que atrapa a científicos, grandes corporaciones, empresarios, jóvenes brillantes emprendedores, artistas de la ilusión, del mundo digital, del entretenimiento per se, inocentes multitudes, hombres y mujeres solitarias, tribus  nómades digitales sin noches ni días, solo el infinito en la red, y todos los que  han caído en todas partes bajo el embrujo de todo un instrumental de novedades virtuales sin límites.

Es un escenario de múltiples cabezas que viaja en un gran caleidoscopio global, una  montaña  rusa, ciega, con un gran ojo, tal vez, que la vigila en la oscuridad del mediodía y mueve sus piezas  como un rompecabezas a punto de estallar, pero no, busca su acomodo y sigue la apuesta. En este azar, cualquier cosa puede suceder, tantas tentaciones para todas las edades, una lamparita de Aladino para cada usuario. Y en esta vorágine de imágenes y verbos, palabras, palabras, cualquier hoja se la lleva el viento y la trampa está a la vuelta de la esquina, tentación, tentación. Los ejemplos abundan, se podría escribir libros como Las mil y una Noches de nunca acabar. La realidad insuperable por parte de la ficción que se esmera en crear su propia realidad. Hay un verso para cada metaverso y así hasta el infinito de esta  aventura sin par. Los grandes héroes se quedarían atónitos de tanta fantasía ridícula y disfrutada  por los propios monos animados que  leen estas historias.

La realidad se resiste y todavía no vive  su capítulo más excelso de la inteligencia artificial, ese monstruo que afila sus engranajes, tuercas, aceita cada una de sus piezas y prepara su propia agenda. A remar remeros, vamos saliendo de África para altamar, los mercaderes esperan y nuestra mercancía va rumbo a sus puertos. Así los siglos, bajo los fuegos de la historia. Tiempo devastado por el propio tiempo y la eternidad inmutable. Pasajeros, pasajeros, y nos damos tanta importancia. Solo un cable en la gran conexión del cosmos y la naturaleza. Pendemos de nuestro propio hilo y de una gran esperanza, pero se puede cortar.

Hay  momentos para la trascendencia, el presente, el futuro, la memoria, lo desconocido. El entretenimiento y la estupidez tienen su propio trono. No es una frase original, ni mucho menos. No estamos para filosofía, ni visiones mágicas. Solo la realidad, nada más. Los eventos sociales ocupan titulares, y no es  sorprendernos, entonces.

La banalidad es un almirante en esta nave y esta breve historia ocurre en el Reino de la Gran Bretaña. La anécdota es curiosa, superficial, loca como ocurren tantas cosas en este gusano de cien pies, millones, diría. Es una  suerte de corolario de lo insólita que resulta la realidad, sin estar en competencia con la ficción. Neil Parish, un diputado conservador británico, un curioso de la red de redes, como millones de usuarios en el mundo, nos cuenta la nota periodística, que buscaba tractores  en Internet, pero no detalla si era agricultor, promovía políticas agrícolas, estaba interesado en el campo  o le apasionaba la tecnología, algo que está revolucionando el mundo, como da cuenta este artículo. Neil ha dimitido, según él, porque buscaba tractores, aunque fue sorprendido viendo pornografía. No sabemos  si en la antigua Sodoma y Gomorra, era una rama de las ciencias agrícolas y esta investigación formaba parte más bien  de un aprendizaje, que de una curiosidad oculta. Neil dijo que el error estuvo en equivocarse de páginas  y sobre todo, que retornó por segunda vez al mismo sitio. Y fue algo deliberado, reconoció. Por lo tanto, según la prensa inglesa, abandonó el Parlamento, mientras que tres ministros y dos diputados opositores, están siendo investigado por el mismo tema. Por supuesto, no se refirieron a los tractores y a ninguna otra tecnología. Se habla de acoso sexual, voyerismo o agresiones sexuales. La lista contabiliza 56 casos. Neil, se descontroló, según su propia confesión. Rolando Gabrielli 2022

1 comentario:

Anónimo dijo...

....lo nuevo siempre es en construcciòn con la època y sus significantes del lenguaje, quièn mejor que vos para comprender estos tiempos...