El Hitler de Pablo Ruiz
- aún no existe la certeza
que sea de Picasso-
todo indica que reúne los trazos,
la atmósfera, el talante del genial
cubista que retrata el mal de una época
en el rostro caricaturesco del Fhürer,
presidido por tres swastikas
y una coral verde que ciñe el rostro
como en un tablero de ajedrez
en el grotesco terror del gran malestar
de un tiempo en que reinó el espanto.
La obra, perdida en una estación de trenes
de la Segunda Guerra Mundial,
es un homenaje a Paul Klee,
maestro del expresionismo,
surrealista, abstracto,
como todos los Picassos
de esta obra que con la palabra
alemana Schweignen (cállate),
nos vuelve advertir con maestría,
de ese silencio obligatorio,
imperativo del fascismo.
Rolando Gabrielli 2022
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