Aquí
estamos al aire libre y somos también
el paisaje
que nos ilumina con un sol inclemente,
bajo la
bóveda celestial y el silencio
que ni una
nube errante logra alterar.
Es el
retrato perfecto de la estación seca,
ni una gota
de agua se desliza a no ser por la memoria.
Qué dirán
los ríos, me pregunto, porque los vecinos
resignados
parecen hipnotizados por el viejo refrán,
agua que no
haz de beber, déjala correr.
Es de no
creer, diría que la sombra
pasa a ser
un bien codiciado por todos,
como si las
luz fuera un exceso en estos tiempos.
Rolando Gabrielli2023
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