Panero, Panero, Panero,
su ausencia, la duda de su existencia,
siempre negado en el mismo hueco,
respirando la poca o mucha poesía
que el aire de la miseria humana
abona en su loca espera de su última,
ineludible sorprendente palabra.
No mienta, los jodió a todos
haciéndoles mirar en su espejo
la torva oscura delirante estrofa
que ángeles ciegos gorjean,
sílaba a sílaba a sus babeantes
carceleros ante su indefensa tumba.
Rolando Gabrielli2023
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