Éramos nosotros
orientados al viento
de las palabras
que soplaban de Norte a Sur
y viceversa,
porque en ese entonces,
no importaba de donde
venía el verbo amar,
sino conjugarlo
en primera persona
y así sucesivamente
sin pensar siquiera
en las estaciones,
porque éramos nosotros.
Rolando Gabrielli2023
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