La novela, un espécimen híbrido, de unas 400 páginas inconclusas aún, una ensalada rusa, pero bien hecha, con una prosa "cortazariana" (por darle un nombre), pero seríamos mezquinos, es muy propia de R. Denver (discípulo de la nada, plagiador de la vida y sus circunstancias), ese tipo de literatura que va y viene y se encuentra así misma para derivar, no sin sorpresa, en lo otro, al menos así se lo dijo, comentó la única lectora que ha tenido (tuvo) ese objeto en sus manos y frente a sus ojos hasta el último suspiro de su vida y lo repasó palabra por palabra hasta la última gota de tinta.
Quería verla en la librería y comprarla, adquirir ese texto, como algo que leería por primera vez, pero sobre todo sentir en sus manos el peso también de su vida, porque era, es, la protagonista.
Rolando Gabrielli2023
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