No somos más que
un átomo danzante
simplemente, indivisibles
aventureros
en la luz y
oscuridad
Somos nosotros y
aquel sin nombre
que va en nuestro
camino
y no sabemos su
destino.
La mañana es
cálida como una fruta madura,
soleada la
esperanza nos acompaña
y no pareciera
importar que pudiera haber
detrás de la
ventana o hacia dónde vamos.
Un día más no es
un paso a la eternidad,
ni la fuga al
espacio sideral donde van
los astronautas,
cosmonautas, viajeros sin fin.
Yo prefiero buscar
un trébol de cuatro hojas,
sembrar un árbol o
una rosa en la tierra,
sentarme frente al
mar y ver caer el sol vertical
en el horizonte
como un amigo más.
Soy un venturero
con los pies en la tierra,
donde pueda ver
mis pasos caminar,
revolotear las
mariposas, saber de las espinas
de las rosas, sus
pétalos oler antes que se marchiten,
tomar en mis manos
el tiempo efímero
de cada una de las
cosas y poder respirar
sin acumular tesoros,
no más
que unas cuantas
palabras
cuando los días
agachen su cabeza
y la niebla se vea
en el horizonte
en algún lejano
mar.
Rolando Gabrielli2023
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