Nada le animabamás que el silencio.
Quise regalarle
un trébol de cuatro hojas,
para sacarla del encantamiento.
Nada más contraproducente,
permanecía fuera de este reino
y con el encanto de sus ojos
apenas entreabiertos,
opinaba con absoluto silencio.
Rolando Gabrielli2023
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