martes, diciembre 31, 2024

La poesía habla donde el silencio no encuentra las palabra/Poetry speaks where silence cannot find the words.


 La poesía habla donde el silencio no encuentra las palabras. A esta conclusión he llegado hace algunos años. La fortaleza de la poesía son sus silencios.

En estos años, donde la mano invisible del mercado orienta rumbos  y acuartela en la pobreza  millones de seres humanos, la poesía es un arma poderosa, aunque los grandes medios mediáticos  y la realidad virtual, suela reprobarla como el peor alumno de la clase, el poema oxigena y fortalece la rebeldía.

El silencio de por sí, es una respuesta a la mediocridad, estupidez, alienación, va contra el establecimiento de lo que no logra fortalecerse, porque carece de humanismo, humanidad, sentido común, solidaridad y de esa vieja frase que pareciera haber perdido validez: amor al prójimo.

El poema, dentro de sus fortalezas y precariedad, a veces, de unas cuantas palabras, descubre, redescubre, cuestiona, interpreta, finalmente, la realidad. Su arma son las palabras, aunque, en ocasiones, el silencio cautiva al poeta. Y esa es su mayor expresión, su verdadero mensaje, dejar además que el lector, tenga la última palabra.

Poetry speaks where silence cannot find the words.

I came to this conclusion some years ago. The strength of poetry lies in its silences.

In these times, where the invisible hand of the market dictates directions and traps millions of human beings in poverty, poetry is a powerful weapon. Even though the mainstream media and virtual reality often dismiss it as the worst student in the class, the poem breathes life and strengthens rebellion.

Silence itself is a response to mediocrity, stupidity, alienation. It defies the establishment of what cannot find strength because it lacks humanism, humanity, common sense, solidarity, and that old phrase that seems to have lost its meaning: love for one’s neighbor.


LA POESÍA HABLA

La poesía habla

Donde el silencio

No encuentra

Las palabras.


El calendario da vuelta 

la última hoja del año 2024,

viejo, cansado, exhausto,

con sus últimas alegrías.

Los fuegos artificiales

lo despiden,

solo quedan horas,

para su última noche,

los abrazos,

la esperanza, las ilusiones,

campanas que repican

por mejores tiempos

y días, el nuevo año llega

 lleno de sueños y expectativas. 

Rolando Gabrielli2024


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