La apalabra comienza
por inquietar al lector
más distraído, menos audaz ,
un cierto hormigueo
en verbos y adjetivos,
diría, inquietar, sorprender,
a desprevenidos y curiosos,
a quienes aún no hayan entendido,
el valor de la palabra,
su verdadero sentido,
significado más literal,
abstracto,
que está para ser descubierto,
en la lucidez de la superficie
de la lectura,
en la profundidad
de la palabra.
Rolando Gabrielli2025
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