Tu risa
Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire,
pero no me quites tu risa.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.
Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora más oscura
desgrana tu risa,
y si de pronto ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, por que tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa de mi patria sonora.
Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
Pablo Neruda Los versos del Capitán.
Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano. P.N.
Este 23 de septiembre se cumplen 34 años de la desaparición física de Pablo Neruda, el poeta más leido y discutido del siglo XX. Neruda es un continente de vastas masas oceánicas, montañas, ríos, bosques, de olvidados muelles al alba, crepúsculos solitarios y de un Sur infinito que nace de alguna estrella titilante.
Nació en un polvoso pueblo blanco en la zona de central de Chile, Parral, pero su infancia y adolescencia la vivió en Temuco, la frontera, tierra mapuche (araucana) y su poesía creció en esos bosques secretos. Poeta del amor, la materia, del pueblo, de las cosas sencillas, de la geografía, del Sur, de Chile, América, comprometido con su época, poeta universal. Calificativos que no hacen a un poeta, rótulos de la crítica, Neruda fue parte esencial del escenario político y social del siglo XX, una figura emblemática, el último Aedo, dijo Enrique Lihn.
Tan discutido como indiscutible, movía pasiones, polémicas, adhesiones monumentales, críticas
+ viscerales, su poesía sigue leyéndose y no deja indiferente ni a los lectores de google. Temprano y rotundo como los aguaceros torrenciales del sur, apareció la poética nerudiana, crepuscular, desesperada, nostálgica, impregnada del pólen de sus días juveniles, de las amapolas rojas de sus amadas con sus noches contemplativas, angustiadas, llenas de la palabra melancolía.
Santiago/Rangún/BuenosAires/Madrid/México/Europa/Italia/Chile/Isla Negra/Valparaíso/La Habana/Santiago/Nueva York/París/Isla Negra...Neruda fue un viajero inmóvil que nunca se detuvo, un poeta presente, político, comprometido, más cerca de la sangre que de la tinta, como dijera Federico García Lorca. Sus Residencias en la Tierra, Canto general, Odas elementales, 20 Poemas de amor y una Canción desesperada, son libros que marcan una época en la historia poética chilena y del habla castellana.
De sus días asiáticos abandonados a los cuartos solitarios, tiempo residenciario, poesía que deslumbró a García Lorca y a una generación de latinoamericanos y chilenos, porque nos hablaba de un hombre que se cansaba de ser hombre, Neruda abandona su anarquismo durante la Guerra Civil Española y cambia su poesía, como el mismo lo registra con sus palabras. Comienza otra historia con España en el corazón, pero no abandonaría su poesía amorosa.
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