sólo un bello animal
frente al motor de su automóvil
detenido respirando compulsivamente
sus propios gases
de máquina imperfecta
alumbra el atardececer.
La silueta de la esbelta mujer
plantada en su frágil belleza
de ángel caído,
viste pantalones blancos
y un abrigo blanco invierno
desciende perfecto
hasta sus rodillas,
su boina ha caído sobre el asfalto
y su color se asemeja a una herida
infligida en el corazón de su amante.
Sólo la socorre mi sueño.
rolando gabrielli©2008
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