lunes, abril 21, 2008

Iconos bajo la orquesta de Ricardo Piglia

por asfixia
ni reclinadas al olvido
o por un golpe de vómitos,
la palabra,
polución nocturna,
de estas horas inanimadas,
se descomponen en sílabas,
vocales de una mancha tenue sobre la tinta,
la muerte hace su trabajo,
en una cama desnuda
y en el amor,
somos dueños el uno del otro.
Rolando Gabrielli©2007-2008









El professor Ricardo Piglia, en la magna apertura de la 34ta. Feria del Libro de Buenos Aires, este 24 de abril, tendrá que contar con estos tres iconos, convidados de piedra, viejos actores en distintas épocas, clásicos vivos, a los que recibe la city porteña con los ojos y su corazón abiertos: César Vallejo, Roberto Bolaño y Atahualpa Yupanqui, ya muertos, estarán presentes con el potente espíritu de sus obras. Tres artistas, personajes muy de nuestra América, desarraigados en el arraigo, exiliados o autoexiliados, que coincidentalmente mueren en Eruopa: París, Vallejo y Atahualpa, y Bolaño en Barcelona.
Atahualpa será homenajeado en la Feria por su centenario, con una verdadera coral de voces interioranas, Vallejo, en el altar de la poesía en un curso sobre su poética (ya cerrados los cupos) y Bolaño, el díscolo invitado de Chile, su patria que comienza a valorarlo, entenderlo, aceptarlo y quizás amarlo. Nunca se sabe, Roberto. Órale, pibe, ya estás en casa, cabrito.
César Vallejo, tiene otra edad, la del misterio de la poesía, el pozo hondo donde la cuerda no alcanza. Ahí trabaja el cholo en peruano, en la oscura luz de la palabra. Se hizo piedra muda, poesìa su palabra, ronco el verbo ronco. La poesía se hizo triste en su poesía. Él había nacido un día en que Dios estaba enfermo. Nos sigue haciendo falta Vallejo. Buen rescate de la Feria.
Atahualpa Yupanqui, es un viejo, conocido, profundo río, himno silencioso que hace silencio en la huella. Hoy, el presente de Argentina le vuelve a cantar en coro.
La Feria de Buenos Aires está más bien coja, floja, desde el punto de vista de la poesía, los poetas invitados. Es lo que se desprende del programa a ojos vista. Era una magnífica oportunidad para contar con los iconos vivos aùn: Nicanor Parra, Ernesto Cardenal, Juan Gelman, Gonzalo Rojas y hay otros diez grandes poetas del habla castellana, dando vueltas en el siglo XXI, que harían brillar el ninguneado género. ¿La palabra en casa del ahorcado?
Es, entonces, una oportunidad extraordinaria para la Feria del Libro de Chile, de transformar a Santiago en la Capital de la Poesía del habla castellana, invitando a Cardenal, Gelman, Benedetti, Belli, Pacheco y de paso homenajear a Parra y Gonzalo Rojas, por casi dos siglos de poesía vivos en un mismo siglo compartido. Este puede ser un título para esta convocatoria: Dos siglos de Poesía. Es la hora de la hora y en poesía el reloj suele ser exacto como las palomas que vuelan al atardecer. De paso, invitar a los poetas de la diáspora, dispersos por fuerza mayor y olvido. Barquero en Marsella, Rojas en París, Hahn en Iowa y David Rosenmann Taub, en Estados Unidos también. La lista debe ser más larga, me incluiría en Panamá. Los poetas crecen de dìa y de noche en cualquier estación y lugar. Se multiplican como matapiojos bajo la luz del sol. Vuelan por las oscuras ciudades manchadas de gas. Con sus sombreros se protejen de las nubes. Nadie los ve ni aplaude, como debe ser cuando las horas se cuentan por minutos. Los poetas agradecen a los deudos de la poesía. Estas palabras nadie las entiende. Fueron escritas para una nueva religión. Los muertos también rezan por los vivos.
Roberto Bolaño
Los verdaderos personajes de Los Detectives Salvajes de Bolaño
Juan García Madero tiene elementos de Juan Esteban Harrington y de Roberto Bolaño, aunque en la novela se dice que es mexicano y vive con sus tíos, lo que no corresponde a los chilenos. Arturo Belano es Roberto Bolaño. Julio César Álamo o “el poeta campesino” es Juan Buñuelos. Ulises Lima es Mario Santiago. Césarea Tinajero está inspirada en Concha Urquiza. Ernesto San Epifanio es Darío Galicia. Rafael Barrios es Rubén Medina. Jacinto Requena es José Peguero. Felipe Müller es Bruno Montané. Pancho Rodríguez es Ramón Méndez. Moctezuma Rodríguez es Cuauhtémoc Méndez. Angélica Font es Vera Larrosa (vera ganó el Premio de Poesía Diana Toscano; en la novela se dice que Angélica ganó el Premio de Poesía Laura Damián). María Font es Mara Larrosa. Joaquín Font es Manolo Larrosa (Arquitecto, padre de Vera y Mara). Bárbara Patterson es Jan (amiga de Víctor Zamudio, es de San Diego; hija de un importante académico de la UCSD; se casó con Rubén Medina, razón por la que éste emigró a Estados Unidos y ahora es de un Ph.D. y maestro en la Universidad de Wisconsin). “Piel Divina”, apodo real de Jorge Hernández, actor y performancero que ahora vive en París. Laura Jáuregui es Lisa Johnson (fue novia de Bolaño, ahora es una prestigiosa bióloga, investigadora en la UNAM). Xóchitl García es Guadalupe Ochoa. Fabio Ernesto Logiacomo es Jorge Boccanera (poeta argentino que vivió en México, trabajó en la redacción de la revista Plural después de que la dejó Octavio Paz y la tomó Jaime Labastida). Luis Sebastián Rosado es José Joaquín Blanco. Amadeo Salvatierra es Rodolfo Sanabria (aunque éste fue pintor y no escritor) y una figura relacionada con el estridentismo. En la novela, “… uno al que decían el Cojo, un poeta de más de treinta años, un alcohólico…”, es Orlando Guillén. Auxilio Lacouture es Alcira (poeta uruguaya que vivió muchos años en México, se quedó en Ciudad Universitaria encerrada en unos sanitarios, todo el tiempo que los militares tuvieron tomada la Universidad). Lisandro Morales es Lautaro (argentino dueño de la Editorial Extemporáneos, la que publicó Muchachos desnudos bajo el arcoiris). Vargas Prado es José Donoso Pareja, poeta ecuatoriano, fue editor en Editorial Extemporáneos). Roberto Rosas es José Rosas Ribeyro (poeta peruano). Claudia (de la habla “Norman Bolzman, en Tel-Aviv) es Claudia Kerlik (amor romántico de Mario Santiago, que viajó a Israel buscándola. Actualmente Kerlik es catedrática de literatura en la UNAM). José “Zopilote” Colina es José de la Colina. En la novela dice “…uno de los pinches ahijados de Ernesto Cardenal”, es el poeta nicaragüense Julio Valle, que vivía en México. Pancracio Montesol es Augusto Monterroso. Pere Ordoñez se basa en Pere Gimferrer.
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Esta relación ha sido preparada por José Vicente Anaya y Heriberto Yépez. Se agradecería cualquier corrección, adición o sugerencia. Su único afán es promover la mayor comprensión del movimiento infra.
Atahualpa Yupanqui
LOS EJES DE MI CARRETA
Porque no engraso los ejes me llaman “abandonao”; si a mí me gusta que suenen pa´ que los quiero engrasaos. Es demasiado aburrido seguir y seguir la huella , andar y andar los caminos sin nada que lo entretenga. No necesito silencio yo no tengo en quién pensar. Tenía pero hace tiempo“áura” ya no tengo más.Porque no engraso los ejes me llaman “abandonao”; si a mí me gusta que suenenpa´ que los quiero engrasaos. Los ejes de mi carreta nunca los voy a engrasar.
CRUZ DEL SUR
Que yo les cuente mis penas me piden de tarde en tarde. Si en ellas está mi fuerza déjenme que me las calle. Voy anclando por el mundo Camino de cualquier parte. Llena de piedras la senda, lleno de sueños el aire. La vida es un lazo largo estira'o sobre la tierra. En una punta una dicha, y en la otra punta una pena Así va mi corazón lleno de sueños y ausencias, sin encontrar su querencia perdido en la cerrazón. No se ve la Cruz del Sur en las noches de tormenta. Hay que mirar dentro de uno para encontrarla a la huella. Cuando me cansa el camino me pongo a mirar p'adentro como quien arrima leñas al fogón de unos recuerdos.

1 comentario:

Raquel dijo...

Hola Rolando, mi comentario no tiene nada que ver con el post. Sólo quería decirte hola y mandarte un saludo. Acabo de leer "Entre paréntesis, amor" que me prestó Silvia C. Todo un gusto, la verdad.
Un abrazo