Con todo lo que tiene que hacer diariamente Google, me crea trabas para entrar a mi propio Blog. Claro, es gratis y le pertenece a Google, como todo lo que está bajo su universo. Desconoce mi correo, mi clave. Me manda a esperar, comprobar y a ver si. ¿Son filtros sobre el filtro? No sabemos, es como querer darle la mano a un pulpo. ¿Por dónde empezar? Es como abrir el estómago a una ballena y buscar el password o bajo la pata de un elefante el mouse (ratón). No nos compliquemos, este Dios tutelar-digital tiene sus mecanismos. Otras veces, reconozco, me permite ingresar después de un largo recorrido inocente a tres bandas, por la puerta falsa. Una manera de "delinquir", me digo, en mi propio espacio. Me vuelve a exigir el sello de su correo emblemático Gmail, que no tengo, cliqueo una y otra vez y de pronto me concede la entrada con, dizque, mi antigua dirección. No hablemos sobre el proceso de subir fotos. Es un ascenso tortuoso, lento, impredecible, abosolutamente medieval, fuera del reloj de la paciencia y del tiempo cronos. Infinitas veces, con sus decimales, te he rogado Dios para que no entorpezcas mi trabajo, que es tan simple: un grano de arena en el desierto. Pero tu sordera es más grande que el poder de tus acciones en Wall Street. Sin duda, hechas en tu poderosa Bolsa, mis ruegos. ¿Éstos no aumentan tus ganancias?
Cuando leí por primera vez tu nombre de pila: GOOgle tan coloreado, inocente, me transporté al primer nacimiento de la voz: Agúuuuuuuuuuu...
Siento en ese momento que eres un riguroso fiscal de mis actos legítimos.
Dios de la búsqueda, me inspiro y le pido, si sabes donde estoy, qué hago a cada instante, clic, perdón, por qué este difícil camino, acceso digámoslo por su nombre?
Soy una gota de agua en tu infinito mar. Un pez en tu red. Tengo cuatro lectores y una loca que me persigue como un inspector de impuestos.
Tú sabes hasta el último escondrijo de la Tierra. Te asombrarás, no me gusta ese nombre, no le encuentro sentido. Tres cuartos de agua por uno de Tierra. ¿Eso debiera llamarse Tierra?. El Planeta visto desde arriba es azul. Nada encaja. La vida marina al parecer, es el origen de la vida en la Tierra.
¿Es un espacio personal vigilado? ¿Es un espacio compartido con tu ojo todo poderoso? ¿Es un espacio alquilado con la espada de Damocles?
Mi Dios, no ves que no soy nadie. Me levanto todos los días a trabajar. Duermo en mi misma cama Uno, dos, tres hasta cuatro vasos de agua en ayunas. Fruta, yougourt, té, tostadas. Sol, mucho sol. El día continúa. rolando gabrielli©2008
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CARTA INTERNAUTA
Después de tus extraños movimientos, ahora estuviste ejemplar, absolutamente en dominio. Sentí la rara sensación como que no se movía un músculo en tu rostro. No te tentaste por el clic de delate en ningún momento, absorviste la atmósfera como si nada. Estupendo. Debiera felicitarte, tendría. El futuro es una incógnita que fabricamos, sino, cómo. Me agradó mucho verte. No pongamos fecha, por cabala. Tu abuelo historiador habría dicho: un equilibrio Persa. Siempre las guerras. Uno frente al otro. Es maravilloso contar con estos desplantes tuyos. Llegué a creer que me habías borrado del Mensajero. Pero no, apareciste de las cenizas, renovada, como si un volcán te hubiese tapado en tu Fénix de Ave en vuelo renacido. Pareciera que ya habías abandonado tus minutos breves de cyberespacio en las bibliotecas o en los Cyber Café y te estabas permitiendo más tiempo, autorizándote a mostrarte un poco más en la Red. Oye, sí, creo que manejaste tu luna y sus mareas.
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