martes, septiembre 23, 2008

Amor con tinta verde

Amo lo que no tiene sino sueños. Pablo Neruda



PIDO SILENCIO
AHORA me dejen tranquilo.

Ahora se acostumbren sin mí.
Yo voy a cerrar los ojos
Y sólo quiero

cinco cosas,
cinco raices preferidas.
Una es el amor sin

fin.
Lo segundo es ver

el otoño.
No puedo ser sin
que las hojas vuelen y vuelvan
a la tierra.
Lo tercero

es el grave invierno,
la lluvia que amé, la
caricia
del fuego en el frío
silvestre.
En cuarto lugar el

verano
redondo como una
sandía.
La quinta cosa son

tus ojos,
Matilde mía,
bienamada,
no quiero dormir
sin tus ojos,
no quiero ser
sin que
me mires:
yo cambio la primavera
por que tú
me sigas mirando.
Amigos, eso es

cuanto quiero.
Es casi nada y casi
todo.
Ahora si quieren

se vayan.
He vivido tanto

que un día
tendrán que olvidarme
por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue
interminable.
Pero porque pido

silencio
no crean que voy
a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.
Sucede que soy

y que sigo.
No será, pues, sino

que adentro
de mí crecerán
cereales,
primero los granos
que rompen la tierra
para ver la
luz,
pero la madre tierra
es oscura:
y dentro de mí soy
oscuro:
soy como un pozo
en cuyas aguas
la noche deja sus
estrellas
y sigue sola por el
campo.
Se trata de que tanto

he vivido
que quiero vivir otro
tanto.
Nunca me sentí tan

sonoro,
nunca he tenido tantos
besos.
Ahora, como siempre,

es temprano.
Vuela la luz con sus
abejas.
Déjenme solocon el

día.
Pido permiso
para nacer.
P.N.

Me pregunto si Chile sigue siendo una Capitanía General abandonada a la suerte de su desierto, mar, cordillera, valles, a los ventisqueros, volcanes del Sur, fiordos, al sueño inacabado de su geografía. Si el país no ha dejado de ser esa provincia dormida en la copa de los Andes o Pablo Neruda, en verdad fue un poeta inagotable para toda nuestra geografía y su palabra se ha convertido en historia cotidiana, un mito que crece con el tiempo a 35 años de su muerte. Se conmemora a Neruda y su poesía sigue conmoviendo a Chile y al mundo, más allá del discutido personaje político, del amante de infinitos amores, del viajero de grandes e históricos escenarios, de los cuales siempre regresó para participar en las jornadas sociales y compartir con el pueblo la madera del profundo Sur de su poesía.

Neruda murió en circunstancias especiales en Chile, bajo el terror, fue acosado por el Ejército de Chile en su casa de Isla Negra y su casa de Santiago, La Chascona, donde un 23 de septiembre como hoy sería velado entre escombros, fue saqueada e inundada por las aguas de un río desviado por los asaltantes y verdugos. pocas veces la historia ha recogido momentos más tensos, el día de su entierro rodeado de policías, cuando el pueblo lo llevada a un nicho anónimo del Cementerio de Santiago. Neruda ya era un poeta que no necesitaba más historia, había escrito El Canto General, Residencia en la Tierra, Odas elementales, 20 Poemas de amor y una Canción desesperada, El Hondero entusiasta, Memorial de Isla Negra, Estravagario, Tentativa del hombre infinito, había sido Senador de la República, exiliado, candidato presidencial, enemigo del stablishment y obtenido el Premio Nobel de Literatura, entre otros reconocimientos.

Esta historia que vivió Neruda es parte del currículum de atropellos y vejaciones al pueblo chileno a lo largo y ancho de los tiempos. Capítulo negro del inefable capitán General de la Capitanía de Chile y de quienes le acompañaron en esta parte oscura y dolorosa que marcó a hierro a toda una generación.

Los huesos anónimos de Chile/ oscura arena de ojos muertos/ hierros oxidados de la noche/ silencio de estos muertos/ventanas de vacías calles/los cuerpos sin memoria/ascienden con su luz/pálidos, huérfanos/ Luto de Chile es la estrella negra/ lamento del firmamento.

El autor de las residencias, el viajero inmóvil, el poeta de la materia y del amor, no sé, con un nuevo libro se le bautizaba una y otra vez, a quien naciera en un polvoriento pueblo de la zona central de Chile y emigrara al Sur, a la Frontera lluviosa de todas las fronteras. En el sur profundo, desolado, abandonado, nació su poesía, contaminada del paisaje físico, de la soledad humana, del amor a la vida y a las cosas. La tierra Sur le biografió, no le dejó más espacio a su poesía que pertenecer a esa orilla de su profundo río marginal y universal. En Temuco creció su cuerpo y larga sombra. Joven se instaló en Santiago y pronto viajó a Rangún, después Argentina, España, Europa, el mundo de ida y vuelta, Rusia, América latina, Estados Unidos, la geografía chilena de canto a canto, no se detuvo su poesía en la tierra, aire o en el mar.

Fue un referente vivo, muerto ni hablar, un Buda que nos mira con su ardiente paciencia, neón para una ciudad moderna, gris, un aeropuerto entrando y saliendo por la noche de Chile, se sigue y seguirá escribiendo sobre su vida y muerte, lo que hizo y no hizo o pudo hacer, sobre su época stalinista, su poesía social y política, sus placeres, errores y amores, su palabra conocida y desconocida. Hay un tiempo para la poesía de Neruda, de Neftalí Reyes Basoalto, Icono, Catedral, Tortuga oceánica, quiso hablar por muchos, tocó puertas, corazones, habló desde el fondo de la palabra, fue amigo de las piedras, insectos, coleccionó juguetes, mascarones de proa, construyó casas, amó como el océano en sus alas, en cada resaca esperó una nueva marea.

No hay comentarios.: