La vacuidad es el punto que une budismo y psicoanàlisis. Ambos partes del vacìo o "castraciòn-pèrdida" (freudiano) pero esa es la condiciòn para poder crear, ese hueco es el sentido que motoriza el deseo que se expresa como movimiento vital, ya sea en el amor, la creaciòn, la organizaciòn de una vida. El yo -ego es sòlo la ilusiòn de estar lleno, es la mentira de esa verdad que es vacuidad, somos un recipiente vacìo, la tabla rasa que habrà de ser inscripta por "uno-otros", construyendo el caudal de una vida que es experiencia y registro de ella. Cuando uno va avanzando en las lecturas de la fìsica cuàntica, va practicando meditaciòn a veces se llega a pensar que somos una proyecciòn de lo que pensamos o creemos ser, esto de un sueño soñado por otros no està tan lejos. Tan solo la certeza de tener un cuerpo y estar en este segundo, el yo con sus ansias de inmortalidad se refleja en aquella escena cuando napoleòn le dice a un derviche: còmo me gustarìa estar tirado como vos contemplando la existencia, ya lo harè cuando termine de conquistar, y el derviche le dice: sòlo ven, deja de conquistar y hazlo. Es ahora. El yo se cree inmortal, siempre tiene cosas que conquistar, esa ilusiòn lo motoriza. Pero eso no es real, lo real es este momento. marce
Rolando Gabrielli nació en Santiago de Chile. Estudió Periodismo en la Universidad de Chile.
Ejerció hasta el 11 de septiembre de 1973 en su país. Fue Corresponsal Extranjero en Colombia y Panamá (1975-79).
Funcionario Internacional durante una dècada, Editor de una publicación científico-técnica y económica, con circulación en 56 países, columnista de la revista alemana D+C (1979-89).
Escribió para periódicos panameños como Analista Internacional y trabajó en el programa de la Unión Europea-PNUD, Tips On Line.
Asesor en estrategias empresariales, editor de Suplementos especializados, ha trabajado en marketing. Labora desde hace más de dos décadas en una reconocida empresa de arquitectura. Hace más de 25 años se inició en Internet. El Blog contiene más de 5350 textos. Es admirador de Silvia Banfield.
Ha publicado dos libros de
Poesìa en Colombia: Entre parèntesis, amor y Los Poetas de Chile.
Tiene varios libros por editar: poesía y prosa.
(Puedes ver más en View my Complete Profile)
1 comentario:
La vacuidad es el punto que une budismo y psicoanàlisis. Ambos partes del vacìo o "castraciòn-pèrdida" (freudiano) pero esa es la condiciòn para poder crear, ese hueco es el sentido que motoriza el deseo que se expresa como movimiento vital, ya sea en el amor, la creaciòn, la organizaciòn de una vida. El yo -ego es sòlo la ilusiòn de estar lleno, es la mentira de esa verdad que es vacuidad, somos un recipiente vacìo, la tabla rasa que habrà de ser inscripta por "uno-otros", construyendo el caudal de una vida que es experiencia y registro de ella. Cuando uno va avanzando en las lecturas de la fìsica cuàntica, va practicando meditaciòn a veces se llega a pensar que somos una proyecciòn de lo que pensamos o creemos ser, esto de un sueño soñado por otros no està tan lejos. Tan solo la certeza de tener un cuerpo y estar en este segundo, el yo con sus ansias de inmortalidad se refleja en aquella escena cuando napoleòn le dice a un derviche: còmo me gustarìa estar tirado como vos contemplando la existencia, ya lo harè cuando termine de conquistar, y el derviche le dice: sòlo ven, deja de conquistar y hazlo. Es ahora. El yo se cree inmortal, siempre tiene cosas que conquistar, esa ilusiòn lo motoriza. Pero eso no es real, lo real es este momento.
marce
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