“There will always be a poem, I will climb on top of it and come, In and out of time/ locking my head to the side slightly/ As I finish shaking, melting then/ Into its body, its soft skin”. (Siempre habrá un poema, treparé hasta arriba de él y me vendré, dentro y fuera del tiempo/ Ladeando ligeramente la cabeza/ y al terminar me sacudiré y me fundiré luego/ en su cuerpo, su blanda piel).
Jim Carroll, poeta, rockero, novelista, cantante punk, un artista mítico de los setenta, tomó siempre la vida por asalto, como mejor pudo, se adentró a fondo de la mano de sus propios fantasmas, siempre con estilo, sin indiferencia. La muerte escogió un 11 de septiembre y Nueva York, donde residía, para llevarse a este artista fenomenal. El pasado viernes se acabó su extraordinario presente. Un ataque fulminante al corazón terminó con todo lo físico. Le quitó el habla, le arrancó la vida. Debió ser todo tan rápido como el último segundo de aliento. Vivió en el extremo de la soga y se cortó. Su novela “The Basketball Diaries", calificada de extraordinaria por quienes la han leído y la crítica, relata su vida de excesos, con la que cargó hasta el final de los tiempos. Ese libro, fue hecho película, protagonizada por Leonardo Di Caprio. Jim cuenta en esa novela que se prostituía con hombres para mantener su vicio de la heroína. Vivió un tiempo con el poeta Allen Ginsberg.
Jim Carroll perteneciò a una época que el vivió a su manera en la cúspide del sueño y todos sus amigos, compañeros de ruta, Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Willian Burroughs - en la foto que preside este homenaje-se fueron desabaratando en el camino como luciérnagas encendidas por el neón de la vida. Kerouac santificó cuando apareció de novela. Alguien le llamó el nuevo Bob Dylan, un autor indispensable para los rockeros de su tiempo y de otros. En la foto, Jim está con Patti Smith, quien sería su mujer por un tiempo. Él, dejó una patada en todas las direcciones y también la contraria, un camino en la vida. Vivió la gran historia beat del momento, fue pionero del movimiento punk, eso tan salvaje, descuidado, sucio, despectivamente dicho en inglés. Se saturó de su época, la que acompaño con su propio, fecundo, innovador arte musical y de la palabra.
Jim Carrol, ahora se dejò ir
apagó la luz de su oscura luz
iluminando las capas violetas
de las calles de Nueva York.
Bah!, esto se terminó aquí, dijo
y empujó el cuerpo un paso
más allá.
Rolando Gabrielli©2009
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