La mariposa es un libro abierto. Sus pàginas no dejan de revolotear. La mañana se abre con sus alas en un cielo azul donde no hay misterio. El dìa volarà màs lejos que la sombra que se yergue ante el pie. El tròpico es luz, color, transparencia, fragilidad y asombro. La ardilla se detuvo en su carrera y volviò al bosque. El pájaro carpintero bebe agua de un coco de la palma. La mañana despuntaba. Es una perfomance de la fauna del lugar bajo el ruido sutil de los motores de una avioneta que cruza un cielo despejado hacia el mar. La naturaleza es ejemplar en su belleza y bondad. La mañana se perfila tibia. El hombre, a unas cuadras, cuando ya se siente el asfalto y las reglas de la ciudad, trastocarà los semàforos inteligentes e iniciarà las filas como hormigas que no disponen de un plan. Al menos no sabe cuànto demorarà al lugar que va o cree dirigirse con pleno dominio de sus facultades. ¿Toda travesìa es un naufragio?
La mariposa sigue revoloteando. Es ella y su imaginaciòn. Me convierte en cronista, espectador y registrador. Soy el ùnico que tiene càmara y pago mi propio alquiler. La ardilla, la mariposa y el pàjaro carpintero, visten con su gracia el paisaje, lo conforman y recrean. Lo habitan con la belleza y color de su ropaje, el espìritu verdadero de quienes aman el lugar porque a èl pertenecen.
1 comentario:
En este escrito tan bello, poètico y fresco como una madrugada de amrri vela donde el sol
se levanta para el mundo, pareciera que hablò tu Ser, tu inconsciente, hemos llegado al punto
donde el dejar fluir da lugar a que comande la palabra, y eso es poesìa. Autenticidad pura...M
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