martes, junio 22, 2010

Whity, estás con nosotros

Mi buena perra mìa, Isabella
¿Què viaje hermoso  habrà  iniciado Whity la tarde de este 21 de junio de cielo azul ?, y sólo siento el peso gigante de su bondad, la humildad de su sabia compañìa, su generosa entrega de guardiana incansable y  lista,  su mirada que me abrìa todos los continentes con una paz inmensa Conversamos horas, mejor dicho me escuchaba, aunque anoche se despidiò en mi cuarto con la mirada màs triste que he vuelto a ver entre los ojos tristes de que es capaz la tristeza de brindarnos cuando se hace presente con su peso específico y real. Hablamos de nuestra amistad, amor, de lo necesario que es la comprensiòn, de saberse escuchar,  que el tiempo es casi igualmente efìmero para todos y del tiempo que compartimos que pudo ser màs. Ni una gota de egoìsmo, toda la transparecia de esos cielos  que compartìamos sin ningún apuro.
Whity, Blanquita, te llamè tantas veces al oìdo para que no  sòlo no olvides tu nombre, sino mi voz y en especial tu generosa aureola bien ganada de transparente, càlida, todo lo que emana de ese color, aunque tu piel sea dorada como el sol que en ti iluminaba mis dìas.
Fue fantástico saber que habías nacido en un barco en altamar, en el Captain Vincent Gann, ahí entre marinos y pescadores, redes,  gente de mar y tù por esas lejanas aguas en Samoa, recorriendo el mundo con mi hijo Rolando  y  tu mamà que le llamaban Madonna. ¡Què nombre famoso! Tu hermana era la Chocolate. Nadie pide ni sabe donde va a nacer y menos vivir. El globo terràqueo es redondo y la imaginaciòn va lejos. Conocì muchas historias tuyas de humillaciòn en ese barco, la última en comer y esos filipinos que te miraban con apetito  voràz y tù lo sabìas. Yo siempre contaba  este conocimiento ancestral tuyo, esa intuiciòn que compartimos cada día. Y tù en la cubierta sintiendo el peso de las madrugadas, los cielos borrosos, lluvias,  vaivenes del barco y la tensiòn para capturar el cardumen. Altamar es ese ruido de lo inesperado. Una vida intensa y alerta desde un inicio, allà en el Pacífico Sur, en Cook Island, la Polinesia. Tù  tienes un cruce con un pastor neozelandés y un callejero de Samoa, pero hay ancestros claros de  guardiana, protectora, amiga de los amigos. Y en verdad viniste a vivir en  tierra por primera vez en Panamá. A Panamá llegó Paul Gauguin y se fue a la Polinesia, un viaje a la inversa y con objetivos distintos al tuyo. Pero tu historia es tu historia, asì como tu vida, nada despreciable, por el  contrario, supiste  adaptarte a mundos tan distintos y lejanos.  ¿Llegaron al mismo puerto del Caribe con el pintor en épocas tan distintas?
Nadie se hace parte del corazón y de la familia de buenas a primera y sin mèritos. Tus credenciales  de amor a la vida y a las personas que te rodeaban  son suficientes. Rolando, que te trajo de un largo viaje descubriò en ti el mundo que la geografía habìa tatuado en tu mapa espiritual. Tu madre era tan hábil que descubría, olfateaba y  guiaba a los pescadores hacia los cardùmenes,  y tù trabajabas en cubierta, sobre todo cuando llegaban a puerto, para vigilar que no ingresara ningún polizón al barco. ¿Eras como una jefe de migraciòn aduanera? El hombre casi siempre dispone sus reglas. Paulina y Gabriela fueron como tus madrinas, siempre te regaloneaban y consentìan. Ellas  tambièn están tristes. Les dejaste un pedacito de tu corazòn sin proponèrtelo. Nadie dejò de ponerte atenciòn en casa y cuando te regañaban porque, bueno, te subías a algùn mueble, era una inocentada. Mirabas con absoluta naturalidad y bajabas sin ningùn grado de oposición.
Llueve, llueve, te cuento, esas lluvias torrenciales, tormentas con rayos que no te gustaban, que te ponían triste, pero las pasàbamos juntos. El dìa fue distinto, luminoso cuando viste la última luz de tu vida y  supe por  tus ojos que seguirìamos vièndonos por la eternidad, porque la tristeza es imborrable como el vuelo de las hojas y el viento que a veces hace un agujero en el alma. Llueve, llueve es cierto y tù estàs durmiendo en una cajita  esperando bajar mañana temprano a la tierra, al pie del  mandarino y ya  nunca desaparecerà tu imagen y menos tus enseñanzas, virtudes, como la paciencia, tu intuiciòn, tu amor no sòlo a tus semejantes sino a esta bestia bìpeda tan bestia que se divierte viviendo a lo bestia.
Llueve, llueve, adónde va tanta  lluvia en la oscuridad, còmo sabe encontrar los rios, el mar, la tierra, los canales, agua y màs agua, el corazón se inunda de soledad. Corren los ríos de agua y yo te veo correr por  la grama entre las pequeñas flores, adelante de mis pies, tù y  la sombra detràs, vital, con tus giros saltando sobre los pájaros bajo un cielo radiante. La mañana se te volaba entre las cuatro  patas y tu cuello maravilloso elegante alzado a todos los aires y tiempos. Mañana saldrà el sol y tù estaràs allì. No podràs perderte bajo ninguna sombra y sentirás el ruido de mis pasos. Las mariposas que sobre tu nariz rondaban el aire que no alcanzabas, me producìa una gracia infinita. La diferencia entre una mariposa y un pez es grande, los espacios muy distintos, las formas, pero tù te las arreglabas para ver como te encontrabas con ellas y querìas tocar con tu naríz sus alas. Una gracia pura de tu instinto. No voy a olvidar tus habilidades de sobreviviencia, tu gusto por el pollo, especialmente la pechuga, el jamòn y el pavo. Tu rapidez Whity  y mi descuido, pero, nunca me molestè como para que molestarme aunque  te quedaras con todo porque abandonè el lugar donde debía estar. Así se hace parte de la vida, con todo lo que uno es. Te bastaron siete años, los de la suerte, -cómo quisiera que fueran 7 veces 7- para hacerte querer de todos y nobleza obliga contarlo, decirlo tal como es  y fue y serà y seguirà siendo. Tù eres de esas personas que se convierten en inolvidables por su simpatìa personal, nada estudiado, porque lo tuyo vino de fàbrica y acomodado en una vida difícil. Un estilo no estudiado, la belleza de la luz y de esos sentimientos que pueden estar sobre la cubierta de un barco en un mar lejano y volvìas para pertenecernos aquì en una tierra lejana.
Recuerdo el día, ahora que pasó la tormenta y ya podemos hablar con màs calma y tù podràs escucharme sin tantos ruidos, cuando me encontrè a la llamada Bailarina patas arriba en la cocina, entera, pero muerta de un infarto o de alguna persecusiòn tenaz tuya. Tuvo la mala fortuna la màgica ardilla de oler las bananas, perforar la malla de la ventana de la cocina y adentrarse  al ojo de la tormenta. ¿Quièn fue, te preguntè, què pasò, dónde, còmo?. Hiciste como que no sabìas de què hablaba yo. En las mañanas veìa a la Bailarina atravesar  la malla que divide los pinos como una artista consumada en búsqueda de los cocos de las palmas de los vecinos. Pero antes  me brindaba su show gratuito, esos pasos que el aire se queda viendo y todo lo que la naturaleza es capaz de concedernos, como tu Whity, con tu sóla bondad. La naturaleza no necesita explicarse, existe, es, se presenta, tiene sus secretos y los revela si tù pones atenciòn. ¿Te acuerdas cuando caminàbamos por el parque y tù corrìas  bajo el sol y entre las pequeñas florcitas que yo recogìa y te enseñaba? Las mariposas volaban sobre tus ojos y como alcanzarlas. Hoy cuando estuvimos a solas y el tiempo se  acababa  te llevé una florcita que guardo hace mucho tiempo y te la mostrè, te hablé de su belleza y te la pasé por la  frente para que te llevaras para siempre como  un reuerdo del lugar donde solìas divertirte, pasear, vivir, querida Whity. Un símbolo, diràs, simbología humana, tal vez, pero forma parte de nuestros muchos días que caminamos y corrimos y disfrutamos. Así es la vida, dice Isabellita y tù y yo sabemos, que así es . ¿Cuànto compartiste con ella? ¿Y ella contigo? ¿Qué le diremos ahora? ¿Què fuiste de viaje? Y no serìa una mentira.  Tú corriendo detrás de las nubes-ovejas  cuidàndolas como un rebaño silencioso y eterno. Te sigo contando, el otro día  fuimos con Isabellita al parque, tu andabas por ahí,  subimos las gradas de  una tribuna donde se juega fulbito. - Vas lento, abuelo, me dice Isabella; Voy a pie pelado y me puedo cortar, respondo. Sube, que vamos a entrar al Cine. Plopppppppppp!!!!! Nos sentamos en la última grada y pregunto: ¿Què pelìcula vamos a ver? Y me responde: -La Naturaleza. Entonces comienzo a contarle frente al bosque del Parque Metropolitano cruzado por el rìo Curundù, que allì habìan, monos, ciervos de cola blanca, iguanas, ñeques, zorros, osos peresozos, muchas culebras venenosas, tucanes... ¿Dónde estàn ahora? Bueno, se han construido tantas casas que muchos decidieron mudarse. Ya no era un lugar habitable para ellos. El alquiler cuando se mezcla con la vida y la muerte, tiene un alto coste. Pero, la naturaleza es  la vida, los árboles, el agua, las plantas...Ajà, se terminò la pelìcula, me dijo Isabella. Bajemos, apurò su voz. No olvides el patìn. Ahora vamos a los columpios. Y de pronto cuando ya volabava, alzò su mano derecha y dijo- Es que voy a atrapar una nube abuelo, empújame màs fuerte. La nube estaba quieta, como un pedazo de algodòn que  hacìa su siesta pacìficamente. Y màs alzaba la mano y reìa como si ya la tuviera en su imaginaciòn. Y tù Whity, caminabas por ese paisaje que aùn nos queda. La vida es una pelìcula màs o menos corta, interesante, según uno la vaya filmando.
Nunca me olvidarè como la cuidabas para que nadie se le acercara. Ese gesto de protección absoluta no lo he visto en nadie, con ese celo bien entendido de la seguridad y amor. Nos sorprendiste a todos, en principio, pero luego fue una costumbre, una forma tuya de expresarte sin cortapisas. Eran los signos evidentes de tu raza, hija de Pastor Neozelandes, ovejero, esos que cuidan las crías y las llevan a buen lugar. Debo confesarte, que tu amor por Isabellita, siempre me conmoviò. Oye, Whity, te hablo de corazón, como debe ser, porque se que disfrutaron, nunca  te molestò que ella te  abrazara, jugara con tus orejas, se montara y compartieran lo que siempre fue una estrecha amistad y camaraderìa. Permanecìas a su disposiciòn sin que nadie les interrumpiera. Què amistad, me la quisiera con las bestias de dos patas.
No sè si te acuerdas, yo pienso que sí, el día que abrì la puerta del patio, eran màs de las 12 de la noche. Todo estaba en calma, el bosque respiraba para sus propios habitantes. Mi intenciòn era regar las plantas, la grama, el verano estaba fuerte. Fui a abrir la llave del agua y de pronto te vi en velocidad detràs de tu presa. Creì que tirándote agua podrìa lograr controlar la situaciòn. Te vi con un bulto y lo soltaste. Me olvidè. Pensè. Asunto concluido. Al otro día vi un hermoso conejo negro grande pintado muerto. Eras muy ràpida, diestra, tus instintos cazadores mandaban, y de eso nadie puede hacer algo para evitarlo. Es lo normal. la ley de la vida y de la muerte.
Sé que ahora que todo está en silencio y la noche pasa como tantas otras noches, oscura y rauda, insomne, tù estàs durmiendo en paz, querida Whity, sin molestias, dolores, y yo espero que esta relaciòn te haya agradado tanto como a mì. Te cuento que me dejas un agujero en el corazón y que cada  vez que lo sienta abrirse, me acordarè de la belleza de tu espíritu, de tu infinita bondad, paciencia,  tu espléndida  y generosa manera de ser y dar. Eso no se aprende en ninguna escuela, se nace con ello. Sabes, Whity, no tengo dudas que eres un espíritu de  bondad, protecciòn y solidaridad.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Leo y lloro rolando, asì como cuando leì Platero y yo. Es que estas cosas llegan al corazòn, van directo como una flecha, sin metàforas. La experiencia de la gratitud, la compasiòn, la companìa. Mañana serà mejor. Què historia la de White!!! se las traìa, era de las nuestras!

Anónimo dijo...

Imagino el àrbol de mandarinas, el silencio y como soy bastante mìstica pienso en un aura luminosa dorada donde los Budas protegen su sueño. Un fuerte Abrazo.

Anónimo dijo...

Los Budistas valoran la compasiòn con los otros seres vivos, pero esa cualidad creo es al revès nos las enseñan los animales con sus hàbitos, su lealtad.
Los ciclos....vuelven a rodar...las estaciones, la materia que vuelve a dar vida en la tierra. Seguir el ciclo vital, un OM para White, los budas siempre protegen esos procesos y mutaciones. Està el àrbol, està la tierra, el agua, el sol, soltar!!

Anónimo dijo...

Claro: La cadena de vida y muerte, sobrevivencia, asì tenìa que ser, el aguila se llevò a la ardilla, las leyes estàn diseñadas de ese modo. Es poco lo que se puede evitar.Creo que hay que empezar a ACEPTAR, a no resistirse, porque resistirse causa dolor, mucho dolor.
Siempre digo que mis padres fueron mis primeros maestros y me dieron en el corto tiempo dos lecciones fundamentales: El Amor y la impermanencia. Con eso tengo para rato!!! Lo de white, lo de amigos cuando dejan este lugar nos recuerdan esas cosas y uno no quiere recordar eso, uno se resiste. Hay que seguir trabajando mucho y contentarse con el presente...

Anónimo dijo...

¿Texto o pintura?

Milena

Anónimo dijo...

como que sos un gran narrador y la persona que lo leyó, pudo "ver" las imágenes que le presentás desde la palabra.
No es fácil poner en imágenes desde la lectura, salvo si uno está leyendo a Proust, a Thomas Mann y ahora incorporo a Rolando Gabrielli.
Abrazo.
H.

Anónimo dijo...

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Està en un buen lugar, verde, naturaleza, en un sueño màs pleno que en el mundo, al menos, sin dolores, y con el amor de que alguien la haya despedido,y subjetivado què màs!!!!! Grande corazòn tambièn el de los hombres...

Diana Visintini dijo...

grande el que puede ver el amor en los animales....
y ...muy lindas palabras, recuerdos, recuerdo ese animal. Bellísimo animal

Anónimo dijo...

La perdida de un animal para un solitario es muy dolorosa. Las exequias literarias de la despedida son muy intensas. Whity vivió siete años, corta vida para un perro. ¿Qué pasó?

Anónimo dijo...

¡Hola Rolando!...
En esta noche de invierno con intenso frío y luna llena replandeciente te escribo muy conmovida por la partida de tu perrita Whity... me llegó al alma tus sentimientos hacia ella, que reflejan además muchas otras cosas de tu mundo, de tu Ser...
Como siempre sigo tu weblog...interesante por tu poesía y relatos que abren nuevos conocimientos y perspectivas acerca de escritores, poetas, artistas, presentes y pasados y tambien otros temas que abordas con sabiduría...Debo decir, además que la fotografía es hermosísima...en fin...
Siento mucho la partida del gran José de Saramago y Carlos Monsivais, (Aires de Familia) ensayista y crítico muy importante en su país y conocido por su ácida crítica al Sistema que estamos viviendo en América y el mundo...
Un abrazo y sigue escribiendo tan maravillosamente como siempre...
haydée