Una tarde revolotean frente a la ventana,
prestan sus ojos al paisaje,
joden por parejo y ven
mi rostro
que quisiera
encenderse a la luz de este dìa,
distendido, transparente,
luminoso,
y ellas mosquean con
lujo y detalle,
estas horas flojas, sin nada
màs que un circulo fijo,
irreparable, digo,
visitas torpes
inesperadas.
No todas las moscas vuelan
en una misma dirección,
afortunadamente.
Rolando Gabrielli©2012
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