¿Todo termina siendo un borrador de la historia? Posible, las lecturas, el tiempo, cada època, es un borrador de sì misma. Me he encontrado este viejo texto, un borrador màs en las pàginas de un libro. Escrito, al parecer, hace unos años. ¿La màquina de moler poesìa se lo habìa devorado? Lo ignoro, pero ha vuelto a la superficie en bruto. Sufrirà algunas reparaciones, es la ley de la palabra que no se sostiene del todo asimisma. Adelanto este esbozo, lo que he encontrado años despuès, un borrador quizàs ignorado por el olvido, la pausa, el parèntesis, lo que no arrancò. Es una comunicaciòn cruda con el lector, quien sabrà disculparme por este atrevimiento, la voz en sordina de un poema que se rehace en sus propias nuevas palabras. Gracias por esta comprensiòn, que supera mi fe en la poesìa.
Grecia, tus pilares
no alcanzan para sostenerme,
ni a este pobre poema
fuera del mercado
de la poesìa.
Occidente bajo tus pies
se hunde irremediablemente,
al menos en el papel.
Viejo juego olìmpico de la historia,
una corona de olivo
no olvidará la tragedia.
Si el fracaso supera la fe,
insistamos en la poesía
hasta llegar a la meta.
una corona de olivo
no olvidará la tragedia.
Si el fracaso supera la fe,
insistamos en la poesía
hasta llegar a la meta.
Oh, Necrópolis,
no debì nacer,
debì morir
antes de conocerte,
bajo tus bellas ruinas,
la inmortalidad se perpetùa,
hunde el mundo sus pàrpados frìos.
la inmortalidad se perpetùa,
hunde el mundo sus pàrpados frìos.
Oh, nicho de oro y luz,
què vieja se ha puesto
mi poesìa
Los huesos sagrados
de un verbo inùtil,
no sè que reclaman
a tus dioses
ya vencidos.
Rolando Gabrielli©2012
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