viernes, enero 23, 2015

Pedro el rojo


Murió en la sombra, una madrugada,
con su palabra viva, vertical.
Pedro el rojo nunca fue reina de ninguna primavera,
habitó el  Chile de las medias aguas,
el país de Violeta,
el país de la lengua muerta de los ochenta,
integró el ballet nacional de los marginados,
con sus zapatos de payaso pobre,
se paseó por los escenarios de Santiago
como un trapecista  en la cuerda floja,
mapuche de espinas y rosas rojas,
amó el abismo de lo ilegal
con sus transgresoras plumas de ave sin corral,
se pavoneó sin recato en el pacato Chile
de las medias palabras.
Llegó a su entierro finalmente,
sin la manzana de  Adán,
travieso rígido travesti.
Rolando Gabrielli©2015
"No soy Pasolini pidiendo explicaciones/ No soy Ginsberg expulsado de Cuba/ No soy un marica disfrazado de poeta/ No necesito disfraz/ Aquí está mi cara/ Hablo por mi diferencia". PL
 Las personas como Pedro Lemebel, un performer que desnudó y denunció la cartucha sociedad chilena, nunca mueren, simplemente toman sus bártulos y levantan su carpa en un  escenario distinto y quizás superior.  Fue el más grande celebrante popular y crítico de la realidad chilena durante la oscura sinuosa noche de la dictadura.
Partió en medio de una fiesta popular colorida, musical, de amigos, que reconocen su valor transgresor como un referente cultural chileno.
 No lo alcancé a conocer, como a tantos  otros- 40 años fuera de Chile- sus libros no llegan por este trópico, pero Internet nos puso al tanto de sus crónicas,  poesía, obra, donde siempre  demostró  creatividad, coraje y se la jugó desde la marginalidad y la diferencia.
Les dejo estas letras. Nos vemos donde sea, fueron sus últimas palabras escritas en Internet, como despidiéndose, quien se definiera mejor que nadie, con esa escritura relámpago del telegrama escueto y fulminante: pobre, comunista y maricón. Sin pelos en la lengua, se cargó a una sociedad mojigata, hipócrita, distraída en el mercado.
 Su lengua ácida, palabras  sin anestesia, cáusticas perfomances, no eran  precisamente para un escenario chileno, por eso el reconocimiento iba  a cuenta a gotas, hasta que Carlos Monsiváis y Roberto Bolaño, tomaron cartas en el asunto. El mexicano Monsiváis, uno de los más grandes cronistas  latinoamericanos, lo calificó de escritor original y prosista notable. Mientras las risitas hacían sentir su eco por el Paseo Ahumada, Monsiváis llamaba a Lemebel, fenómeno de la literatura latinoamericana de este tiempo.
Roberto Bolaño, al otro lado del mapa, fue profético: "cuando todos los que le han ninguneado estén perdidos en el albañal o en la nada, Pedro Lemebel será aún una estrella" Nadie llega más hondo que Lemebel y más encima es valiente,  remachó el ninguneado Bolaño. Ninguno de los dos obtuvo el Premio Nacional de Literatura de Chile, un codiciado trofeo que tiene su gente.

Díficil que se lo dieran al autor de Los Detectives Salvajes, después de todo lo  que dijo y nunca dejó de decir. "Esto es lo que aprendí de la literatura chilena. Nada pidas que nada se te dará. No te enfermes que nadie te ayudará. No pidas entrar en ninguna antología que tu nombre siempre se ocultará. No luches que siempre serás vencido. No le des la espalda al poder porque el poder lo es todo. No escatimes  halagos a los imbéciles, a los dogmáticos, a los mediocres, si no quieres vivir una temporada en el infierno. La vida sigue, aquí, más o menos igual"

Para algunos, la  crónica  no es un género literario, forma parte de los escombros de la realidad, escritura mediatizada, palabras de periodistas, prosa bastarda nacida fuera de la literatura, prácticamente una criatura anoréxica, híbrida, un tanto casquivana con lo real y la ficción.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

trapecio...travieso....lindos juegos del lenguaje

Anónimo dijo...

Oh!!!! Lemebel .....la tristeza de la marginalidad y la ternura ademàs!! donde hay trapecio hay riesgo de melancolìa siempre.

Anónimo dijo...


trapecio-travieso-travesti- el significante TRA .....lleva a asociaciones culturales, por lo tanto prejuiciosas.....lo que el lenguaje dice y no dice. Hermoso poema, y que lo rescates de la pacateria chilena.....

*** dijo...

Un abrazo desde Chile master.

Juan
desde Curanipe :)

*** dijo...

Hacía rato que estaba fuera de Internet; pero veo que estás tan prolífico y activo como siempre.

Juan Curanipe :)

Anónimo dijo...




Hoy a las 8:14 P.M.







Muy triste lo de Pedro....era querido...quizas ni supiera cuanto....honesto, consecuente, artista, escritor, rey de la performance....
El poema refleja quien era...."nunca fue reina de ninguna Primavera"
Saludos y respetos al poeta !!!
Te enviare fotos del Panul

Anónimo dijo...

Muy bueno el artìculo. Bien escrito, fuerte porque desnuda a la sociedad chilena en su peor aspecto, cerrando los caminos a "los diferentes" ...diferentes del poder? ....ademàs :" Si te enfermas nadie te ayudarà....".se habla de mucho màs que de literatura , de una sociedad que excluye, estigmatiza, creo que se està hablando de los Derechos humanos en definitiva. Dentro de la literatura derechosa ..para decirlo de alguna forma, dueña de las bibliotecas oficiales todo lo que apele a lo popular, a lo contra-hegemònico, produce sentimientos de odio y la respuesta es el silencio, la desapariciòn, y el ùltimo aspecto de este delito: la exclusiòn que es una muerte moral.

Pero la palabra dicha està, y se mete como un rìo con digna insolencia, , que entra en la casa sin permiso, y empuja los cimientos y moja, hace lo que tiene que hacer. Reinaldo arenas en Cuba tambièn fue ninguneado, algunos lo odian, otros no..(.eso es singular), pero siempre en el eterno retorno de los dinosaurios aparecen las vìctimas tiradas al basurero de los discursos, y siempre alguien que sabe rescatarlos, nombrarlos y se transformarlos en "aparecidos".