Ah, la palabra y el poema
comienzan con una
letra solitaria,
desconocida que
tantea una vaga caligrafía,
aunque sabe donde pertenece
y desconoce
al mismo tiempo su destino,
es su preciado misterio que la convertirá,
quizás en poesía,
un enigma que tendrás que resolver,
tù, amigo lector.
Rolando Gabrielli©2017
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