Cuando atravieso la ciudad despreocupado
y suena una música de
ocasión sin que la distinga,
no estoy pensando en esta época y su tortuoso destino,
ni en las campanas
negras del terror,
que repican incesantes
con sus guadañas en flor.
La muerte nos visita con sus espejos negros
y se viste para la ocasión como una desconocida,
parca apártate de mis oídos y camino,
le digo, mientras mis sueños viajan intactos
por la vibrante, convulsa , anárquica ciudad.
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