Vuelves a la soledad de la
caverna,
como en el principio cuando la especie
se enfrentaba a su sombra y el
cuerpo
sobrevivía en la oscuridad de los
tiempos.
No registrabas los días más que la luz
y las largas noches incógnitas,
donde el fuego iluminaba lo
desconocido
y te resguardaba de las bestias.
Cama dura, sueños sin palabras
como cada día y sus
mismos afanes,
sobrevivir bajo la lluvia y las
estrellas,
volver a empezar.
Rolando Gabrielli©2021
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