Cómo puede
el mielero perder su canto
y los más
jóvenes desconocer
la voz, la música
irrepetible
de los bosques australianos.
La
naturaleza no es sorda,
pero los
machos han apagado
los cantos
de la especie en extinción.
No pueden
comunicarse,
su hábitat ha sido intervenido
por el
hombre que canta su propio canto
y no deja
rastro ni huella,
solo su voz perdida en la ciudad.
Rolando Gabrielli 2021
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