viernes, octubre 29, 2021

Bibliotecas: el silencio de las palabras

 

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                                            Biblioteca Nacional de Francia

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen dìa su señorìa!! Què hermoso comienzo el texto sobre Bibiotecas...no son "Museo de las palabras..." , vos sabès que antes de la Pandemia visitè un Museo de artes plàsticas donde el Paradigma del concepto del Museo como algo muerto, pasivo ha dado un vuelco hacia un Paradigma interactivo, de intercambio con la gente, en ese entonces el Rosa galisteo era el Espacio màs conservador de Santa Fe en el Arte y apareciò con las paredes pintadas por niños, con intervenciones urbanas etc fundamentando este cambio.

Me imaginè con el breve adelanto de tu texto miles de cosas,, por ejemplo enviarlo a la Fundaciòn Libros de Buenos Aires donde tienen programas de estimulaciòn de la lectura, creo que podrìa ser un texto ùtil en el marco de las bilbliotecas de escuelas, materias como literatura, etc etc . Me entusiasmò, claro y Preciso , como decìa Renè Descartes.


Tambièn pensè en "mi experiencia con las bibliotecas", estudiè mucho en ellas, aquì en Santa Fe, habituè de la biblioteca Pedagogica (llevaba a las hijas de mi amiga a buscar algunas tareas), luego en la UCA pasaba horas leyendo la Ilìada , y elegìa esos lugares justamente porque habìa silencio ...silencio para que el libro se escuchara, un silencio necesario , de respeto al autor, de no levantar la voz como lector para que hable el autor, luego fue importante una obra que hizo dianita de teatro sobre un texto de Borges sobre los laberintos , relacionada con la diversidad de mundos que ofrece una biblioteca, luego la de la abadìa benedictina , inmensa y añeja con textos amarillos , sobrevivientes del Medioevo ( allì presente San Agustìn, Santo Tomàs, Teillard de Charden, y tantos otros mìsticos), por eso hablar de bibliotecas es hablar de la vida, de las palabras, son espacios donde las palabras son alojadas y nombradas en una estructura que las arropa ..... Y luego estàn las populares, esas hechas a mano de donaciones, libros escolares, una mesa de carpinterìa, sillas, una copa de leche, un apoyo escolar, tambièn intentar hacerse espacio, prestar libros de cuento a los niños, estarìa lindo sumar fotos al trabajo de la diversidad de mundos.

Amigos míos fueron màs lejos, inventaron un Dispositivo llamado "El Carrito de los Libros" , e iban a los semàforos, con ese carrito, mientras los j`povenes en situaciòn de calle trabajaban, en un descanso le leìan cuentos a los màs pequeños, como un remanso en el trajìn de los pequeños limpìa vidrios, adultos cercas, con un dispositivo de Derecho a la lectura. Experiencia inolvidable, fue una Navidad que se festejò en una plaza con ellos, muy importante pero no valorada por la provincia como siempre, en soledad los creativos.

Anónimo dijo...

"Ladran Sancho, señal que cabalgamos" decìa Cervantes en la voz de sus amados personajes. La Envidia trae desidia, tantos vicios de la condiciòn humana que no suman sino restan. Estàs en una etapa de capitalizar la experiencia literaria y compartir el producto literario, màs allà del precio del Mercado, un lacer simbòlico y un festival de agradecimiento para con las palabras..por lo que veo.

Anónimo dijo...

¡Excelente, Rolando!
Has escrito un texto de antología, que debería tener el máximo de difusión.
Lo importante es que la biblioteca esté a disposición del público con horarios adecuados.
En Chile existe una tendencia a que la biblioteca no tenga la función de favorecer la lectura, sino de conservar el patrimonio librario. Por ello ahora existe la Biblioteca de Santiago en la Av. Matucana. En la Biblioteca Nacional, sigue existiendo el Salón de Investigadores. ¡Menos mal! Así como tú has tenido la posibilidad de visitar muchas bibliotecas, yo he tenido la oportunidad de desarrollar mis investigaciones filológicas en Salas de Consulta de seculares edificios italianos. Pero - como dice Moustache en "Irma la dulce" - eso... ¡es otro cuento!
Un abrazo (no infectivo).
P.S.- No puedo dejar de recordar que el próximo 4 de noviembre se cumplen 55 años de la inundación del Arno en Firenze, puesto que la Biblioteca Nazionale Centrale resultó particularmente dañada. A los voluntarios, que llegaron de todo el mundo para salvar los libros "aluvionados", se les conoce históricamente como "gli angeli del fango" (los ángeles de barro). Vale.

Anónimo dijo...

Si, la biblioteca es Patrimonio y Reservorio Cultural pero debe haber una polìtica participativa, activa y viva de ese Derecho, es de "Todos" , la ACCESIBILIDAD a la misma es un Derecho.