Es un signo de la mediocridad de nuestro tiempo, decir
no tengo tiempo. ¿Estás pintando la Capilla Sixtina, dirigiendo la construcción
de las Pirámides de Egipto, riegas los Jardines Colgantes de Babilonia, ordenas
la Torre de Babel, Alíneas los Planetas, cuentas los granos del desierto,
mantienes los océanos con agua, distribuyes los sueños del hombre
contemporáneo, atiendes el diván de la locura universal, escribes una nueva
Divina Comedia, Quijote de la Mancha, Ulysses, En búsqueda del tiempo perdido, algún
Manifiesto que cambiará los destinos de la Humanidad, eres el intérprete del
Oráculo de Delfos, el custodio de la Caja de Pandora, viajas con Marco Polo a
la China, te encuentras en alguna abadía del Medioevo copiando libros sagrados,
detrás del Santo Grial, de la fórmula de la Piedra filosofal, la Coca Cola,
sigues quizás la Ruta de la Seda, te encuentras tal vez con Magallanes uniendo
los océanos, escribiendo a lo mejor la teoría de la evolución con Darwin o te
encuentras pintando la sonrisa más enigmática de la Monalisa?
Seamos más modestos y dediquémosle todo el tiempo al
tiempo, que es tan efímero y la realidad lo ha secuestrado en pleno siglo XXI
ante nuestras propias narices. Profundicemos quizás sobre la lentitud del
tiempo. No pierdas el tiempo queriendo ser más rápido que el tiempo y creer que
no pasará y no tendrá fin. El tiempo no usa reloj, no se mide, existe. El
tiempo no espera a nadie, sucede. El tiempo es libre entre los libres, pero
vivimos poniéndole horarios, administrándolo con cronómetros de todo tipo,
programándolo, exigiéndole una presencia física, dictándole una agenda, un
presente perpetuo.
El tiempo no es tonto, no es esclavo de nadie, permanece,
es, no necesita cédula, ni permiso para ser, seguir siendo infinito. El tiempo
no se excusa por llegar tarde. Amigo lector, no te sientas dueño de la nada, de
lo inaccesible, inefable. El tiempo es poesía, un poema total, está al alcance
de todos y de nadie, no hay vitrina para su inmensidad, es tan indispensable
que no da consultas, no sigue ninguna receta, nunca asiste al gym, sale a la
misma hora en la claridad del día y se recoge en la oscuridad de la noche en
cada uno de los puntos cardinales, le gusta las cuatro estaciones, las zonas
lluviosas y tropicales, antárticas, tiene tiempo para todos los gustos. ¿Por
qué no somos felices con un tipo tan espléndido?
¿Es un Dios eterno? Lo recomendable, es dejarlo fluir lentamente como si él no supiera que estamos ahí. Rolando Gabrielli 2021
El tiempo
siempre nos espera,
nunca da su
paso por perdido,
se reconoce
asimismo
en todo tiempo,
no cambia su
curso,
ni tiene
preferencia
por estación alguna,
está en todas
partes.
Es falso que
te convierte en esclavo
o impone
reglas, lluvias, catástrofes.
Solo existe,
su presente es infinito. (RG)
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