El horror
no deja de ser horror
aún cuando
salgan a brillar las estrellas.
Inclino mi
palabra y no salgo del asombro,
del silencio
de los benditos poderes de la tierra.
Son niños y mujeres, digo, bajo los escombros
de la muerte
sus vidas yacen sin vida ni nombres.
La muerte
es esclava y perita de su oficio
seductor,
pareciera no
poder detenerse un segundo para seguir
con los
ojos cerrados el asombroso mundo del terror
y sobrevive
a su propia muerte,
casi la
siento respirar.
Rolando Gabrielli2023
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